Estar en el lugar exacto en el momento exacto, sin duda es una ocasión afortunada, capaz de llenar por completo de dicha nuestro ser en un momento inolvidable. No obstante, ¿sería factible imaginar una existencia conformada de solo estos instantes-revelación? La respuesta parece ser negativa: es en lo original e irrepetible de cada vivencia de dicha, lo que define estos momentos, de cara a la conciencia de una persona. La siguiente captura, sublime y sabia, nos ayuda a comprender la reflexión anterior. Un diente de león cualquiera, arroja sus semillas al roce del viento, pero esa misma flor, sencilla y común, adquiere un sentido trascendental cuando se le contempla desde cierta perspectiva afortunada (perfilada frente al ocaso): entonces la flor de sol esparce con la brisa sus pétalos de luz, para sembrar felicidades en lo inesperado y contingente, dándole vida a un cosmos abierto y libre.
Fuente de la imagen: http://imgur.com/9Qzsw
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